Al menos desde que, con 22 años, me hice por primera vez miembro de una asociación profesional, he tenido claro que la pertenencia a una organización de este tipo conllevaba una serie de ventajas. Es cierto que el éxito de las mismas se basa, necesaria aunque no suficientemente, en que muchos de sus miembros aporten al bien común. La aportación de los integrantes de una asociación profesional o empresarial es, sin duda, lo que más la enriquece.
Pero al final todo el mundo, sobre todo en el ámbito empresarial, quiere escuchar qué ventajas reales tiene asociarse, qué servicios da determinada asociación a sus asociados. En definitiva siempre acabamos preguntándonos: ¿qué puedo sacar yo de esta asociación?
Bueno, pues desde mi particular experiencia, a continuación recojo algunas ventajas y beneficios que se pueden (y creo que se «deben») obtener, a través de una asociación empresarial o profesional.
Ventajas “económicas”
En época de crisis son muy importantes. Estas ventajas deberíamos esperarlas casi «de serie».
- Cursos de formación para actualizar o mejorar conocimientos.
- Firma de convenios con entidades financieras y con empresas para obtener condiciones económicas ventajosas para contratar sus servicios.
- Información y acceso a ayudas y programas de apoyo a empresarios y profesionales.
- Desarrollo de campañas específicas de apoyo al comercio y desarrollo local.
- Incremento y mejora de nuestra red de mercado (clientes, colaboradores y proveedores).
- Acceso a subvenciones específicas para asociaciones (y empresarios/profesionales).
- Y en general, participación en proyectos de los que se pueden beneficiar las empresas asociadas.
Ventajas “no económicas” o de desarrollo más personal.
En mi opinión son tan importantes como las anteriores, aunque muchas asociaciones prácticamente ignoran algunas de estas acciones, sobre todo las que tienen que ver con solidaridad, desarrollo social, RSE/RSC, etc.
- Compartir problemas y experiencias.
- Ayudar a otros a emprender y crear empresa.
- Contacto con la realidad empresarial.
- Doble flujo de aportaciones: podemos aportar nuestro trabajo, nuestras ideas, nuestra visión, nuestra experiencia, nuestra actitud… y a la vez podemos aprender y mejorar trabajando en equipo, delegando, coordinando, cooperando, relacionándonos…
- Relaciones y acciones personales y conjuntas.
- Más peso y fuerza en nuestras relaciones con organismos e instituciones.
Seguro que tu, amable lector, encuentras otras muchas ventajas… y si ya formas parte de alguna asociación, te propongo que también te preguntes: ¿qué aporto o puedo aportar yo a la asociación?
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